Una vez consigues un trabajo regular, hay una serie de beneficios que el empleador tiene que darte. El más conocido es el de salud: puedes elegir una EPS (una Entidad Prestadora de Salud), a la cual acudir para citas médicas o urgencias. Sin embargo, hay otro menos conocido: las cajas de compensación familiar.
Estas cajas de compensación familiar, a través de subsidios o servicios, buscan ayudar a las familias con ingresos bajos o medios. De este modo, las familias pueden aliviar un poco las cargas económicas que las aquejan, maximizando los salarios e ingresos laborales.
Además, estas entidades reciben recursos para crear y ejecutar programas sociales, con los cuales buscar equidad social y acceso a oportunidades. Por ejemplo, cursos cortos en los cuales aprender habilidades básicas de sistemas o de idiomas. También se ofrecen programas artísticos, gastronómicos o deportivos.
A diferencia de las EPS, no tienes la opción de elegir qué caja de compensación quieres. Esto lo elige la empresa o empleador. Sin embargo, una vez estés afiliado a una, puedes acercarte a ella para preguntar sobre los beneficios a los que tienes derechos.
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